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Clásico sin goles


En Brasil-Argentina siempre genera expectativa, por la calidad de los futbolistas, por los millones de euros que hay en el campo de juego, porque es un clásico y por un montón de motivos más.
En Brasil-Argentina siempre genera expectativa, por la calidad de los futbolistas, por los millones de euros que hay en el campo de juego, porque es un clásico y por un montón de motivos más.
Anoche no mostraron mucho de todo el potencial que poseen y el 0 a 0 fue el reflejo de un partido en el que se animaron muy poco, se tomaron demasiados recaudos defensivos y casi no patearon a los arcos. Argentina fue mejor con la pelota, no le dejó manejar el trámite a Brasil y entregó una mejor imagen que el local, en especial por lo demostrado en la media hora final, en la que fue por más y contó con un par de chances como para haber podido ganar. Hubo muchas infracciones (Gago y Juan llegaron a las dos amarillas y se perderán un partido) y muy poco fútbol. Ambos venían golpeados por los resultados del domingo (más Brasil, derrotado en Paraguay) y con el empate final evitaron una decepción mayor. Así, Brasil mantuvo el invicto como local por Eliminatorias mundialistas, ya que de 39 partidos ganó 31 y empató 8. El primer tiempo fue de ritmo lento, muy friccionado, cortado y con muy pocas chances frente a los arcos.
Argentina apostó al control de pelota en el medio, con Zanetti, adelantándose desde el fondo, por derecha, Jonás Gutiérrez por izquierda, la dupla Mascherano-Gago (de lo mejor de la noche) por el centro y Riquelme unos metros más adelante. Los pases cortos y largos, con Messi tirándose atrás para tocar y buscar una posible descarga que casi nunca llegó, fue poniendo nerviosos a los futbolistas y al público local. Entonces, Brasil pegó más de la cuenta (con Juan como abanderado) en busca de la pelota. Gilberto Silva y Mineiro eran los encargados de cortar el juego argentino para entregarle la pelota a Anderson (luego Diego) y Julio Baptista y que éstos habiliten a Robinho o a Adriano. Pero como Brasil no pudo hacer su juego, el partido se fue haciendo cada vez más chato.
Hubo demasiado respeto mutuo. Ninguno se animó a "inventar" algo (casos Messi o Robinho), los marcadores de punta no se adelantaban, no había sorpresa ni cambio de ritmo, Cruz salía del área, a Adriano no le llegaba, Riquelme no podía meter pases filosos... Nada para destacar. ¿Llegadas a los arcos? Un centro de Gutiérrez por izquierda que cabeceó Cruz, una gran tapada de Abbondanzieri ante un remate frontal de Baptista, una escapada de Robinho y una de Messi, quien le pegó muy mal entrando al área por la izquierda.
Se esperaba una mejora en uno y otro seleccionado para la etapa final. Argentina manejó más tiempo la pelota aunque siguió careciendo de juego ofensivo mientras Brasil se debatía en su impotencia y apelaba a las infracciones. A los 11, Cruz tuvo el gol en su pie izquierdo tras una habilitación de Riquelme, pero el remate se fue por encima del travesaño. Luego, Baptista exigió al "Pato", quien volvió a responder con acierto. Siempre dio la sensación de que Argentina se animaba un poco más y Messi lo tuvo en dos ocasiones sobre el final, pero sin puntería. El cero no se quebró. Argentina estuvo más cerca de quedarse con el triunfo.

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