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Retrato de un vicepresidente que se animó a disentir


Antes compañeros, ahora enfrentados. Cobos haciendo footing con el titular del bloque oficialista del Senado, Miguel Angel Pichetto. Foto: Cedoc

¿Quién es Julio Cobos y como llegó a despegarse del Gobierno que secunda en un tema tan sensible como el de las retenciones móviles? Tiene 53 años, nació y vivió toda su vida en Mendoza. Casado, padre de tres hijos. Gusta practicar el atletismo y los fines de semana, sin una agenda tan atareada, suele volver a su casa en la sexta sección de la calle González, a pocas cuadras del centro mendocino y en Buenos Aires, se radicó en Ezeiza. Padre de tres hijos, gobernó la provincia cuyana entre 2003 y 2007. Es vicepresidente desde el año pasado.
La presentación de Julio Cobos se repite. Los datos primordiales sobre su vida siguen intactos. Sólo resta sumar aciertos, derrotas, retos, sapos digeridos, silencios. Cobos, como el resto de sus antecesores en el cargo, supo cultivar el típico perfil gris y parco de quien debe remitirse a seguir un proyecto. Claro que eso, en todo caso, cambió hace unas pocas horas.
Su decisión en el desempate por las retenciones a favor del campo, no supone creer que de ahora en más se convertirá en un líder de masas, tampoco en un dirigente opositor. Pero, de acuerdo a los extraños designios kirchneristas, aquel que no comulgue con la iniciativa popular deberá correrse de escena. Así lo expresaron, en momentos de tensión, desde Miguel Angel Pichetto hasta Carlos Kunkel.
"La Plaza del Sí es demasiado peronista”, se atajó Cobos en su momento, frente a la consulta de los medios sobre su decisión de no acudir al acto oficialista. Un comentario atendible si se considera que el vice elegido por Cristina Fernández es un dirigente de extracción radical, aliado K de la primera hora y miembro de una "concertación" dibujada a imagen y semejanza de un doble discurso: políticos diferentes que tengan un discurso homógeneo, está prohibido disentir.
"No se pueden discutir estos temas con dirigentes que son de otros partidos, nosotros en un del PJ fijamos nuestra posición y consideramos que son intentos desestabilizadores, que ningún sector de la sociedad argentina en la historia ha hecho una cosa así", le disparó con bravuconadas, Kunkel a Cobos.
Sus primeras diferencias con el gobierno salieron a la luz de inmediato. Y no porque Cobos haya efectuado una serie de discursos críticos contra la gestión de CFK - todo lo contrario, fue un mesurado observador - si no porque su mayor despegue se tradujo en las reuniones que mantuvo con personalidades ciertamente rechazadas por los Kirchner.
A Jorge Bergoglio y a la cúpula eclesiástica, con su impronta "conciliadora", le prestó 20 minutos para una reunión reflejada por muchos como un revés al kircherismo. Más tarde, llegó el turno del peronismo disidente, esa suerte de resabio antikirchnerista dentro del gran partido y un poco después a los representantes de eso que hoy ya se construye semánticamente como "el campo".
En la madrugada, el vice definido por algunos en Mendoza, como un "buen tipo" que "nunca fue un gran hacedor y tampoco supo gestionar", pegó otro volantazo.


FUENTE: perfil.com

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